sábado, 24 de octubre de 2009

Desarrollo del Embarazo




El hombre y la mujer están aptos para reproducirse a partir del momento en que alcanzan la madurez sexual, alrededor de los 13 ó 14 años. Pero los adolescentes llegan a ser fértiles aproximadamente 4 o 5 años antes de ser emocionalmente maduros. Es decir, que a esta edad se carece del desarrollo emocional e intelectual que implican las responsabilidades de la reproducción humana
Para empezar con la investigación, primero, hay que tener en claro conceptos básicos y fundamentales para llevar a cabo la comparación. Primero definir embarazo y destacar sus etapas de desarrollo normales, en una mujer adulta, para luego compararlo con el de una adolescente y encontrar las diferencias.
El embarazo comprende el período que transcurre entre la fecundación y el parto.
La fecundación es la unión del óvulo y el espermatozoide, se produce en el tercio superior de las trompas de Falopio, durante el descenso del óvulo. Se calcula que en una relación sexual el varón deposita unos 3 cm cúbicos de semen en la vagina, de tal manera que entre 200 y 600 millones de espermatozoides penetran en el aparato reproductor femenino. Los espermatozoides depositados en la vagina disponen de unas 48 a 72 horas de vida para poder llegar a las trompas y fecundar al óvulo.
Si la relación ha tenido lugar dentro del período de fertilidad de la mujer (aprox. entre los días 11° y 18° del ciclo) las posibilidades de la fecundación son mucho mayores. A pesar de su tamaño microscópico, cada espermatozoide tiene una estructura complicada. La cabeza contiene el cargamento de cromosomas que llevan instrucciones genéticas heredadas del varón. Estas corresponden al otro juego de instrucciones que vienen desde la mujer, contenidas en los cromosomas que no son cargados en el núcleo del óvulo. Pero mientras que el óvulo simplemente desciende, la célula espermatozoide realiza el largo recorrido con su cola dándole impulso. Sólo unos pocos miles de espermatozoides llegarán a penetrar al óvulo y fecundarlo, es necesario que atraviesen ambas capas protectoras del óvulo: la zona pelúcida y la corona radiata. La zona pelúcida se encarga de la protección del ovocito y del preembrión en sus primeros días de desarrollo, confinándolo en un volumen pequeño. La corona radiata actúa como una especie de barrera para los espermatozoides que no lograron el ingreso.
En la superficie del óvulo se desarrolla una eminencia o cono de atracción. El espermatozoide que lo encuentre logrará fecundar al óvulo penetrando en él sólo el núcleo portador del material genético masculino. En cuanto esto sucede, las capas se vuelven impermeables para otros espermatozoides.
Al fusionarse los núcleos de óvulo con el del espermatozoide, se forma la célula huevo o cigota, que tiene completa la dotación cromosómica del nuevo individuo. Producida la fecundación, el óvulo segrega una sustancia llamada ácido hialurónico, que elimina los espermatozoides sobrevivientes.
El desarrollo embrionario:
A partir del momento de la fecundación y durante unos 280 días, se cumple el desarrollo del nuevo ser dentro del aparato reproductor de la madre.
Inmediatamente de formada, la célula huevo inicia su división por sucesivos procesos de segmentación y por mitosis, dentro de la trompa de Falopio. Primero se escinde en dos células, a las 30 horas de la fecundación y origina dos células hijas o blastómeros; la siguiente mitosis ocurre a las 60 horas. Esta masa de 32 células que llega al útero es llamada mórula (ya que se parece al fruto de la mora). Al llegar al útero, tiene 128 células, luego de ser desplazada por la trompa, la mórula se transforma en blástula o blastocisto, que presenta un interior hueco dividido en dos cavidades. Está compuesto por una envoltura exterior de células, el trofoblasto, y una masa celular interior, el embrión.
Al tomar contacto con el endometrio (mucosa que cubre el interior del útero), las células de la superficie de la blástula se desarrollan y se introducen en el espesor del mismo. La pared interna del útero, que se volvió más gruesa y replegada por la acción de las hormonas permite que la blástula penetra profundamente en el endometrio. El trofoblasto libera una hormona, la gonadotrofina coriónica. Esta sustancia puede ser detectada en la sangre de una mujer y sirve como diagnóstico de embarazo. Se establece una corriente sanguínea entre las células de la blástula y la madre (útero) asegurándole la nutrición necesaria para su crecimiento inicial. La blástula toma luego el nombre de placenta.
Mientras tanto, entre las dos cavidades de la blástula se desarrolla el disco embrionario formado por tres capas de células, de las cuales surgirán todos los tejidos del cuerpo del niño. Así, del ectodermo se originarán la piel y el sistema nervioso; del mesodermo, la musculatura, el esqueleto y los aparatos circulatorios y urinario; y del endodermo, los aparatos digestivo y respiratorio.
A medida que evoluciona el desarrollo del embrión y comienzan a diferenciarse las primeras estructuras del nuevo ser, se desarrollan sus anexos: el amnios, que lo rodea totalmente, y la vesícula alantoides, ubicada en su parte ventral.
En las primeras etapas, la nutrición del embrión está asegurada a través de la absorción de oxígeno y de nutrientes mediante los trofoblastos o células superficiales de la blástula.
Primer Trimestre:
Durante la segunda semana de vida, el embrión crece hasta 1,5 mm de longitud y su principal eje corporal comienza a desarrollarse.
Durante la tercera semana, el embrión crece hasta 2,3 milímetros de longitud y comienza a formarse la mayoría de sus sistemas de órganos principales. El surco neutral representa el comienzo del sistema nervioso central, que es el primer sistema de órganos que se desarrolla. Alrededor de los 22 días, el corazón muy rudimentario, que todavía es un tubo, comienza q vibrar y luego a latir. Desde ese momento, el corazón no detendrá sus 100.000 latidos diarios hasta su muerte. Muy después, comienzan a formarse los ojos.
Hacia el final del primer mes, el embrión tiene 5 milímetros de longitud y ha incrementado su masa 700 veces. El surco neutral se ha cerrado y el embrión tiene ahora la forma de una C. El corazón, aún mientras late, se desarrolla desde un conjunto simple de tubos contráctiles apareados hasta un vaso de cuatro cámaras.
Durante el segundo mes, el embrión incrementa su masa aproximadamente 500 veces. Hacia al final de este período, pesa un gramo y tiene 3 centímetros de largo. Su cabeza es aún relativamente grande, dado el desarrollo temprano y rápido del encéfalo, pero el tamaño relativo de la cabeza continuará reduciéndose.
Los brazos, las piernas, los codos, las rodillas, los dedos se forman en este momento. La vesícula biliar y el páncreas se encuentran presentes en esta etapa, y hay diferenciación clara de las divisiones del tubo digestivo. El hígado es su principal órgano formador de sangre. Hacia finales del segundo mes, los pasos principales en el desarrollo de los órganos están casi completos. De hecho, el resto del desarrollo está principalmente vinculado con el crecimiento y la maduración de procesos fisiológicos.
Durante el tercer mes, comienza mover los brazos y patea con sus piernas, y la madre puede notar sus movimientos. Los reflejos, como los sobresaltos y succión aparecen por primera vez hacia el final de este mes. Su rostro se torna expresivo. Sus órganos respiratorios están notablemente bien formados, aunque, por supuesto aún no funcionales. Comienzan a desarrollarse los órganos sexuales externos.
Hacia final del tercer mes, mide 10 centímetros de largo desde la cabeza hasta sus nalgas y pesa aproximadamente 15 gramos. A partir de ahora se lo denomina feto.
Segundo Trimestre:
Durante el cuarto mes, los movimientos del feto se hacen obvios para la madre. El esqueleto óseo está formándose y puede verse con rayos X. El feto de cuatro meses mide alrededor de 14 centímetros de largo y pesa aproximadamente 115 gramos.
Hacia el final del quinto mes, la placenta cubre aproximadamente el 50% del útero. El feto ha crecido hasta casi 20 centímetros y ahora pesa 250 gramos. Tiene pelo en su cabeza y su cuerpo está cubierto con un pelo difuso y suave. Su corazón puede ahora oírse con un estetoscopio.
Durante el sexto mes el feto tiene una altura de 30 centímetros y pesa 680 gramos.
Tercer Trimestre:
En el último trimestre del embarazo, el feto aumenta de tamaño y peso. En esta etapa hay un gran aumento del número de neuronas, por lo que es importante una dieta proteica de la madre para un adecuado desarrollo cerebral. En el octavo mes, el feto recibe los anticuerpos maternos que permanecen poco tiempo en su organismo. Su nutrición se cumple a través de la placenta, que es una membrana discoidal constituida en parte por el epitelio uterino y en parte por el corion o epitelio derivado del exterior de la blástula.
La parte materna de la placenta se llama placa basal y la fetal, placa corial. Entre ambas placas se ubica la cámara hemática placentaria, que contiene sangre. Las arterias y venas que forman el cordón umbilical, por el cual el feto se une a la placenta, penetran ramificándose por la placa corial y llegan a la cámara hemática.
La arteria uterina materna penetra por la placa basal y se capilariza a nivel de la cámara hemática. De esta manera, sin que exista contacto entre la sangre materna y fetal, las moléculas, incluyendo a los alimentos y al oxígeno. De modo semejante, el dióxido de carbono y los otros productos de desecho del embrión son extraídos de la placenta por el torrente sanguíneo materno, y llevados para su eliminación a través de los pulmones y los riñones de la madre. El volumen sanguíneo de la madre comienza a incrementar en respuesta a estas demandas adicionales. Su apetito aumenta, al igual que la absorción de ciertos nutrientes, tales como el calcio y el hierro.
Por último, aprox. a los 280 días de la última menstruación, ocurre el parto.
El parto es el proceso en el que el feto a término es expulsado del útero materno. Para que se lleve a cabo, durante los últimos meses de gestación la secreción de hormonas ováricas ha preparado las glándulas mamarias para producir su secreción y a la vez a actuado sobre el esqueleto de la pelvis facilitando la distensión de la sínfisis del pubis y el desplazamiento del hueso sacro hacia atrás.
Estas modificaciones en el esqueleto de la pelvis aumentan los diámetros ántero-posterior y transverso de la misma para facilitar la salida del feto durante el parto.
Estos cambios mecánicos se ven facilitados a partir del séptimo mes de embarazo en el que el feto se sitúa en la pelvis ubicándose progresivamente en posición de salida. La musculatura lisa del útero que se había mantenido relajada es estimulada por la oxitocina hipofisaria y comienza a contraerse para dilatar y abrir el cuello del útero inicialmente y para expulsar al feto posteriormente.
El parto se divide en tres etapas: la dilatación, la expulsión y la etapa placentaria. La dilatación, que habitualmente dura entre 2 y 16 horas (es más larga con el primer bebé que con los nacimientos siguientes) comienza con el inicio de contracciones del útero. Finaliza con la dilatación completa o apertura del cuello. En el comienzo, las contracciones uterinas ocurren a intervalos de unos 15 a 20 minutos y son relativamente suaves. Hacia el final del período de dilatación, las contracciones son más fuertes y se presentan cada uno o dos minutos. En este momento, la abertura del cuello es aproximadamente 10 centímetros. En esta etapa habitualmente ocurre la ruptura del saco amniótico con la expulsión de fluidos.
La segunda etapa o etapa de expulsión, dura entre 2 y 60 minutos. Comienza con la dilatación completa del cuello y la aparición de la cabeza en el cuello, llamada coronación. Las contracciones de esta etapa duran de 50 a 90 segundos y están separadas por uno o dos minutos.
La tercera etapa o etapa Placentaria, comienza inmediatamente después del nacimiento del bebé. Implica contracciones del útero y la expulsión del fluido, de sangre y finalmente de placenta con el cordón umbilical incluido. La placenta pesa ahora aproximadamente 500 gramos, aproximadamente 1/6 del peso del bebé. Continúan contracciones uterinas menores; éstas ayudan a detener el flujo de sangre y a que el útero retorne a su tamaño y condición preembarazo.
El cordón umbilical (hasta ese momento su cuerda de vida) se corta. El bebé llora con su primer aliento autónomo, comienza a respirar regularmente y así se inicia su existencia dependiente.

1 comentario:

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